Un dia en Amberes

 Un día en Amberes

Agosto 25 de 2023



Había escuchado siempre que Amberes es la ciudad de los diamantes, pero solo hasta esta fecha se da la oportunidad de visitarla y de una manera especial con un personaje que me invita a compartir sus negocios allí, como artesano de las joyas que es. 


En Héctor León su sangre fluye, creando un mundo de arte alrededor del oro y los diamantes, así que la compañía ha sido para mi el mejor referente de un mundo desconocido hasta ese momento. 



Había entonces este caballero, que por coincidencia resultó familiar de un viejo amigo en mis 22 años; Javier Medina, ya fallecido, de una familia que por naturaleza ha sido emprendedora y de negocios en la ciudad de Medellín. Ello lo ha heredado este gentil caballero que me regala esta nueva experiencia de vida entre las  gemas que duran mas que cualquier otra.



Un viaje de 4 horas nos instala a eso de las 11h15 en la Plaza Roosvelt en la ciudad de Amberes. Unos doscientos pasos más y nos encontramos en frente de lo que se le conoce como la "Cátedral del Carril": la estación de tren de la ciudad. 


Ella parece a simple vista una gran iglesia romana, con una cúpula inspirada en el Panteón de Roma. Si su belleza externa deslumbra, la de su interior es tan apoteosica que estando allí; me invade. Es como una sensación de incredulidad el presenciar tal obra. 



La plaza de La Reina Astrid tiene el mejor diamante. Una construcción que a medida que asciendo en su interior por unas escalinatas para ver la distribución de los rieles, el trabajo artesanal impresiona, como impresiona el trabajo mismo de un relojero, como lo que hace, quien me ha invitado. Me sentí en un palacio romano donde una gran variedad de mármoles fueron utilizados en esta gran sala que puede albergar hasta 200.000 viajeros por día.



A medida que ascendía por unas escaleras a doble paso y separadas una de la otra, por un pasamanos en madera, podía apreciar diferentes estilos de columnas en mármol entre corintias y toscanas en una mezcla armoniosa, teniendo encima un reloj con los escudos de la ciudad. 


Su estructura de vidrio en el techo es de una fineza y trabajo dispendioso que, ya en sí, es una obra de arte dentro de la obra misma. No alcanzo a describir lo que ella contiene, pero si a sentirme como si viviera en medio de la gente de un siglo y medio atrás,  cuando se emprende su construcción. Es una sensación de retroceso en el tiempo. No es gratuito que se le considere una de las mas bellas estaciones de trenes en el mundo. 


Al final de estas bellas escalinatas se abre una espaciosa sala con una significativa escultura de un pájaro en color aluminio. Desde esta explanada se desprenden unas escaleras para llegar a los trenes, incluso al tren de gran velocidad que se encuentra debajo del primer piso. Construcción ferroviaria que fue anexada posteriormente. La divisa desde allí invita de inmediato a partir, no importa a que lugar de Europa.


El arquitecto al que se le confió su construcción, fue aquél que recreó la parte medieval del pueblo de Brujas.



Saliendo de allí nos encontramos un desfile bien particular que se celebra cada cinco años. Se trata de dos gigantes perros que son manipulados por una compañía de teatro conocida como Dereuzen y que cautiva a la población. 



De allí y caminando por la ciudad vieja nos dirijimos al Museo del Diamante conocido como el museo Diva, donde se encuentran hermosas colecciones de diamantes así como una coleccion de obras de joyería en plata. 



Dos pisos muestran la manera como se extraen los diamantes, paises donde se extraen, la manera de identificar los originales y los falsos, su composición de átomos de carbón, sus tamaños, colores y numero de aristas, su peso en karats, su claridad, su corte en forma de ovalo, pera, corazón, brillante, princesa marquiza, esmeralda o almohadón.  



Collecciones de acaudalados Sirs como William Ross, o artistas como Paul Van Hoeydonck, inspiraciones en elementos antiguos, religiosos, cajitas tabaqueras, prendas de reyes, emperadores y reinas hacen de este museo un lugar a jamas olvidar. 


Los griegos denominaban esta bella piedra sobre la base de su durabilidad, asociandola con el Dios Adamas, hermano mayor de Zeus: duro como el acero, indestructible e invencible. 


Al salir de allí, su costado izquierdo presenta un calle típica donde se  aprecian talleres que pertenecen al museo y que se  disponen a recibir interesados en la formación de la joyería de diamantes tallados. 



La visita a lo que fuese el centro de la ciudad en su origen, considerado como un puerto sobre el río Escalda, guarda vetigios de lo que fue un castillo, en un largo tramo que se extiende al borde del río y que llega hasta la zona roja de prostitución donde las chicas se exhiben en vitrinas como en Amsterdan.


Pasamos luego al frente para pasear sobre la ciudad vieja, apreciar sus hermosas iglesias y terminar en la magnífica Plaza Groenplaats donde se encuentra la Cátedral de Notre Dama.


En un fuerte aguacero que nos obliga a sentarnos en un bar para disfrutar de un botella de vino. Al pié de la cátedral, se percibe la talla de un niño con su perro, parecen estar durmiendo por siempre en el suelo. La leyenda de amistad, apostada en el piso, dice: "que el pobre huérfano Nello y su perro de raza Patrasche son los dos personajes principales de la novela inglesa Nello y el Perro de Flandes de 1872. Los dos compañeros venían diariamente a la ciudad y visitan con frecuencia la Cátedral donde Nello venía a admirar los cuadros de Rubens allí expuestos. En una serie de infortunios, los dos mueren de privaciones en la catedral. Muestra este cuento atípico, un mensaje de dignidad y amistad incondicional". 







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