Chimichagua y su embrujo...

Enero 05 2021

Empieza así la canción de la Piragua: "Me contaron lo abuelos que hace tiempo, navegaba en el César una piragua, que partía del Banco, viejo puerto, a las playas de amor en Chimichagua"… Ahora entiendo por completo lo que el gran compositor José Barrios quería expresar en esta su composición, cantada y bailada por el pueblo colombiano. Este señor Barrios, tenía la máxima belleza para su inspiración. Llegando al pueblo de Chimichagua, se percibe que la administración se preocupa de su mantenimiento y embellecimiento, caso no propio, del Banco Magdalena, que más parece un puerto abandonado donde no se aprovecha esa hermosa desembocadura del río Cesar sobre el río Magdalena.
Un hermoso templo domina un amplio parque, sus dos campanarios poseen en lo alto a su alrededorun pequeño corredor con sus pasa-manos, para evitar caídas de quién los utilice
Mis ojos no podían creer que en este pueblo del sur del Cesar existiera un puerto tan bello, envidiado por muchos puertos europeos. Éste, se deja mecer sobre las aguas de la ciénaga Zapatosa y mirando hacia las bellas montañas de la cordillera occidental, me complazco ademas con las islas de Francachela y la isla Sol y Luna así como de sus playas de Amor al fondo.

Las hermosas, vistosas y únicas esteras elaboradas del cogollo de la palma de vino, la misma que utilizan para los techos de las casas, se elaboran en este pueblo con el emprendimiento de mujeres de 
la región, coloridas en su mayoría con vegetales de los cuales, las semillas y las hojas se cuesen para dar unos resultados así: de la hoja de bija o achiote se obtiene el color gris; de la fruta de la jagua, fruta parecida al fruto
del níspero, se obtiene el color gris pero en los tonos claros, oscuro y azulado. Para obtener el café y el negro, basta sumergir palmas secas en el un pantano que se produce en las aguas termales. 
La belleza de la ciénaga me ha dejado taciturno, mirando al fondo el límite profundo de la cordillera occidental. Sin  poseer ningún elemento descriptivo para describir esta belleza sin límites, me limito a disfrutar de este instante. Una hermosura que se añade a través, de las deleitables leyendas de que cuenta Chimichagua; la del Pozo  del Higuerón por ejemplo, la cual dice: "visitante que bebe de esa agua por vez primera, beberá a Chimichagua, para regresar y nunca más dejarla". Es que, mi embrujo en el día de hoy se extiende hasta altas horas de la noche, con la buena charla acompañado de quienes se dedican a la fabricación de las artísticas esteras. 


 




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