Amesrfoort

Esta vez quería deambular por un pueblo no lejos de Leiden para evitar la fatiga de conducir. La mañana fría, nublosa y el cielo encapotado,  rincones bellos, puentes florecidos y canales transparentes de Leiden mas el placer de conducir por las rutas de los Países Bajos, me producen una exaltación sin precedentes. Había ya leído sobre Amersfoort y pensaba en que sería un día más, ganado en mi existencia.

Ingreso a una ciudad donde la facilidad de parquear sobre estacionamientos cerca al puerto de placer y desde allí poder caminar para disfrutar de construcciones medievales; cinturas de canales 

ahogados en el verde de la naturaleza; casas de murallas reclinadas a éstas….

No lejos entonces del puerto de Koppelpoort, comienzo en este mi lento recorrido ya que quería saborear este descubrimiento y no quería perder ningún detalle de lo que se presentaba inicialmente. Una bella panorámica de una bella doble puerta construida en el año 1.400, es el motivo para que

numerosos turistas encontrados aprovechen bellas fotos; recién casados que posan o selfis como fondo. Efectivamente, un puente fortificado, formando parte del agua, un doble molino de pisar y la puerta propiamente dicha, se encuentra rodeado de torrecillas. El gremio de estibadores aquí se reunía. 

Casi inmóvil durante casi media hora, imaginaba lo que era en aquella época la localidad que me esperaba al interior y me preguntaba del porqué de 

semejante construcción de esta puerta colosal. Quizás para introducir agua al interior mediante canales o tal vez, punto estratégico de defensa de la ciudad. Entro en la ciudad y la fachada del museo Flehite me invita a entrar, encontrando antes, hermosas fachadas en piedra de algunas casas, pero la visita será para el final del recorrido a la ciudad, ya que  quería por el momento apreciar este hermoso museo callejero. Me regreso a la 

rivera opuesta del canal que rodea la ciudad, para encontrar el puerto de Havik, situado cerca del cruce donde la ciudad tuvo su renacimiento. Siguiendo por la calle y al lado del canal, unos particularmente imponentes muurhuizen, que 

consiste en una calle, mas o menos circular en un lugar donde se ha demolido una primera muralla. Esto ocurrió cuando la muralla original de la ciudad no cubría la ciudad ya que ésta había crecido y deciden construir una nueva muralla con pedazos de pared y piedras para ampliar el área. Una particularidad de la ciudad y que parece ser un emblema, son las casas que se construyen apoyadas  a las murallas. Encuentro el puerto interior de Kampen, que fuera inicialmente una puerta en adobe de entrada de la ciudad, 

rodeada de torres octogonales. Unas preciosas casas reconstruidas me atraen y apreciándolas me conducen a la plaza de al lado; Appelmarkt, donde se encuentra la iglesia de Saint Jorge, que en su interior llaman la atención la tumba de Jacob van Campen, quien construyera el Palacio Real de Ámsterdam, las pilas bautismales y la pieza de los cirujanos. La gran plaza conserva la Torre gótica de Nuestra Señora, de casi 100 metros de alta y escalas en caracol las que me quitaban la respiración, a medida que ascendía a este torreón, que era un antiguo campanario de una iglesia destruida a causa de una explosión.

Complementé mi visita con la pasada al museo Flehite, donde se presentan las colecciones simples y luminosas relativas al pasado de la ciudad.   

La visita al museo Casa de Mondrian no la pude realizar, éste es un homenaje al pintor Piet Mondriaan nacido en este bello pueblo. Del exterior de la exposición, obtuve una vaga información de su estilo De Stij, que era un movimiento artístico creado en Leiden hasta 1931 y cuyo objetivo era la integración de las artes o el arte total. 

Al final, una pasada por lo que fuese el Campo de concentración de Amersfoot, el cual mantuvo mas 

de 35.000 prisioneros. 


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