El arte de la cereria

 El arte de la cereria                       


Un vocablo desconocido y su maestría mucho más. Arte que tiene gran influencia sobre la comunidad de Huamanga o nombre que lleva la ciudad de Ayacucho en Perú. En efecto, cuando se va a celebrar una procesión y en ella se aportarán velas o cirios, se viene una parte de la población a la Cerería Hurtado, en busca de los elementos; velas o cirios para la procesión. Lo particular es que llegan con músicos, como una especie de pequeño carnaval. Al regresar con velas encendidas en sus manos al sitio donde se iniciará la procesión, se debe llegar con la vela sin quebrarse, de lo contrario será signo de mala suerte.
Y es que esta Cerería, amauta de la artesanía peruana, vocablo quechua que significa maestro sabio, lleva 50 años adornando la Pascua de la Resurrección como parte de la tradición mística 
de Ayacucho y del Perú. Un arte efímero, que evidencia un sincretismo religioso en Perú y que es el de presentar dos cosmovisiones, la una cristiana y la otra andina.
Las andas de Ayacucho que son cargadas en hombros por devotos, en formas de pirámides representando a las cordilleras y las montañas de la sierra peruana, con ornamentos como los choclos,  velas, hojas, parras y las cerahuaytas hechas a base 
de parafina, estas últimas representan las flores del campo y proviene del vocablo quechua huayta que significa flor silvestre y que era ofrecida antiguamente a los dioses. Flor que aparece 
en el mes de noviembre y desaparece en el mes de abril, ellas parecen artificiales ya que cada flor tiene diferentes colores y siempre miran al sol. Cortadas, eran llevadas a los jefes y a las doncellas.
Los choclos representan la Saramama que es otra deidad de los antepasados que simboliza abundancia y es una ofrenda a Dios como grano sagrado de los incas.
Sorprende  la decoración del anda del día de la resurrección, explicada por Benjamín Hurtado el maestro cerebro, quien expone de manera apasionada como se elaboran los elementos en parafina que decoran las andas, mostrando al final las maquetas de ellas, exhibidas en una sala de su taller que inició su padre por el año 1920.
El maguey por ser una planta sagrada por los antepasados y liviana, se utiliza en la elaboración de la estructura del trono o anda y los palos entre si se unen solo con lazos o cabuya. La forma de la anda de resurrección es piramidal,  revestida con velas, en las puntas se adornan con mazorcas elaboradas en cera llamadas saramamas, que eran deidades de los antepasados representando la abundancia y la fertilidad y ellas se colocan como ofrendas a Jesucristo o a los santos. Los vacíos son recubiertos con las huaytas o flores en cera. Utilizan también del cactus llamado san pedro, sus tunas como alfileres naturales para pegar de cada flor una especie de hoja brillante; el pantihuayta como representación del arco iris ya que tiene muchos colores, como símbolo de los rayos del sol. Las miles de velas encendidas  representan la fe del pueblo y se recubren con cintas. Los lados de cada pirámide tienen una especie de andenes que son recubiertos con una papel de color metálico y con figuras 
sobre el mismo donde luego serán recubiertos con figuras formando pequeñas montañas. En los tronos o figuras piramidales en la parte superior del anda, se colocan las figuras del santo y detrás de ellos resplandores, representando al Taita Inti, osea el Padre Sol y a la vez a Jesucristo que le da la iluminación a los Santos, ángeles o arcángeles. Los angeles se colocan como acompañamiento al Cristo Redentor como símbolo de custodia de cada uno de los fieles.
‌Todo el material que se utiliza es elaborada en parafina. El señor exponente nos ofrece un choclo elaborado en parafina a cada 
uno de los presentes y debemos recibirlo con las dos manos para que el efecto de abundancia y fertilidad se pueda dar en cada uno.  Y es que existen varias leyendas con respecto al maíz: en un principio esparcían granos de maíz de oro por las laderas, otra es que los antiguos sufrían muchas hambrunas y solo tenían granos de maíz que les calmaba el hambre, obsequian pues a otros pueblos granos de maíz enseñándoles a  plantarlos para la supervivencia. Dentro de la mitología me pareció agradable la siguiente leyenda de amor quechua, en la cual, Sara que significa Maíz y huiro tallo, se enamoran y de ese amor nace el maíz. Entre Sara, ella una doncella perteneciente a la panaca real y él  un soldado, habría un amor imposible,9 dada sus diferencias de rangos. Al inca darse cuenta de dicha relación, los manda matar ya que ellos le estaban faltando al respeto al dios Sol, pero la Pachamama al ver aquel amor puro y sincero los envuelve, los cubre y de allí nace la planta de maíz, estando Sara representada en el choclo con sus cabellos dorados y huiro en el tallo que la sostiene. Extraen de allí la chicha que en las mañanas es ofrecida a los dioses.
Un trabajo que muestra las dos cosmovisiones, la Cristiana con Jesucristo y los otros elementos reflejan una cosmovisión Andina, mostrando de una manera disimulada las dos religiones. La Semana Santa de Ayacucho es la primera en el Perú y la segunda más importante del mundo después de la de Sevilla y es celebrada durante dos semanas. Todas las andas a excepción de la del resucitado van dentro de urnas  sostenidas por cuatro pilares que significan los pilares dónde Jesús fue azotado. La anda del domingo de resurrección es conducida por 500 personas que se amontonan la víspera, desde las diez de la noche, para esperar la apertura de la iglesia y poder cargarla. Contiene unas 5000 mazorcas de choclo, unas 17000 flores de parafina y unas 5000 velas de las cuales 1000 permanecen prendidas durante el trayecto. Cuatro metros de ancho, 7 de largo y 16 de alto, en una estructura de maguey que soporta 3 toneladas de parafina para una anda que pesa en total 7 toneladas. En ésta se ve claramente una formación de montañas. Finaliza la exposición el caballero señalando que nosotros vivimos entre velas encendidas, cuando somos bautizados, cuando hacemos la primera comunión, en la confirmación, en cada cumpleaños, en el día de nuestro matrimonio así como el día de nuestra partida definitiva, acentuando que el arte de la cerería nos acompaña durante nuestra existencia y que una vela encendida representa la vida. Los trabajos para la Semana Santa comienzan en el mes de enero y terminan en el mes de abril. Los materiales utilizados ya no se reutilizan el próximo año. La financiación de las andas pequeñas se hacen por medio de devotos o familias, la grande con ayuda de el sector privado. El valor de la parafina de la anda mayor es de unos $17.000.000 y se agregan $15.000.000 de alquiler de la anda. Salí impresionado de toda la información pero cuando miro un edificio de cinco pisos y con miras a continuar construyendo, entiendo los valores de este arte.

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