Split 27.09.22

SPLIT - SIBENIK

septiembre 27

Estábamos a dos horas y treinta minutos de los pueblos costeros. Salimos después de un rico desayuno preparado por la madre de la anfitriona. Los huevos de gallinas levantadas al aire libre tenían el sabor a ese campo que nos rodeaba, la mermelada de mora, de frambuesa y la miel empacadas en coquetos frascos, eran irresistibles hasta para el más diabético. Pero había un toque particular e intrínseco en el desayuno mismo, aquella manera en que era servido por la señora, emanaba un gran amor y de una limpieza remarcable.

! Un día nublado !. Al atravesar el primero de unos seis túneles, la lluvia era tan extrema que las plumillas del vehículo no daban abasto a evacuar la cantidad de agua que recibía el coche. Con la visibilidad casi nula, no me podía dar el lujo de parar, ya que, sobre el lado derecho no había espacio y me encontraba en una auto-ruta de alta velocidad. Una pesadilla que duró alrededor de una hora; de modo que, aquellas dos horas previstas se convirtieron en tres horas y media.

También la llegada a Split ha sido en medio de la lluvia. Por fortuna encuentro un parqueadero gratuito al lado de un hotel y en la cafetería del mismo nos sentamos a tomarnos un café para desde allí programar la caminada por la ciudad de Split.

Al encuentro del Palacio de Diocleciano nos dedicamos a perdernos dentro de este recinto. En Solin, ciudad a unos 10 kilómetros de Split, nació en el año 244 a.C. un tal Diocles, hijo de familia humilde que prosperó en el ejército hasta llegar a convertirse, ni más ni menos, en el Emperador Diocleciano. ¿Y qué tiene esto que ver con Split? Cuando Diocleciano llegó a la vejez, tomó la novedosa decisión de renunciar, lo simpático es que fue el primer emperador en hacerlo. Después, se retiró a unos campos ubicados justo al sur de Salona, donde había mandado construir un enorme palacio para disfrutar de sus últimos años. Aquella  fue la semilla para la fundación de Split.

Por estar amurallado, el Palacio de Diocleciano sirvio como ciudad fortificada después de su construcción, pudiendo haber vivido hasta 9.000 personas en su interior. La pequeña ciudad fue creciendo en torno al palacio y se le llamo Spalato. En la Primera Guerra Mundial se le cambio el nombre por Split, una combinación de Spalatum en griego y Aspalathos en latín. Esta ciudad es la capital de Dalmacia y es la segunda ciudad mas poblada después de Zagreb. 

El film "Serie de Tronos", tiene algunas escenas filmadas en este Palacio. Este no es un recinto cerrado, por eso no cobran por la entrada. En su interior hay viviendas, tiendas, restaurantes y unos callejones que provocan caminarlos. Me ha gustado en su interior el Persitilo, un gran patio rodeado por columnas de mármol, justo donde se cruzan el Cardo y el Decumano, avenidas principales de las ciudades romanas. Me divertí con el hermoso sonido acústico de un grupo de barítonos al interior del mismo. 

A la salida, la exagerada escultura de un clérigo llamado Gregorio de Nin posa leyendo la Biblia, quien se opuso al Papa y lucho por los servicios y la Biblia en lengua croata. Esta escultura fue elaborada por Ivan Mestrovic un famoso escultor Yugoslavo. Su dedo gordo del pie es amarillo, pues la gente tiene la creencia que tocándole el dedo les llega la buena suerte.

Dejando el Palacio Diocleciano, pasamos por la calle que se llama; "dejame pasar", es la mas estrecha de la ciudad y por ella no caben dos personas, luego una caminada por el camellón 

y el puerto que se le conoce con el nombre de Spalato, me da una sensación de sentirme en un puerto italiano, quizás por su palacio que se encuentra frente al mar o tal vez por la fachada de las viviendas y locales. El tour incluído,  fue la visita al Templo de Júpiter. Se observa de lejos la Torre Veneciana octogonal que data del siglo XV y que pertenece a la antigua

muralla. Pasamos por la Plaza Prokurative, una belleza de marco en el día como en la noche. El mercado de la ciudad se encuentra cerca, lo que lo hace muy atractivo para visitantes extranjeros. No es cualquier puerto, es el tercero en número de pasajeros en el Mediterraneo. 

En este puerto, las embarcaciones de recreo las puedo observar a la derecha, mientras las comerciales a la izquierda, mas lejos observo transbordadores.   La salida de esta ciudad clasificada por la Unesco como Patrimonio Mundial, en medio de la lluvia, nos conduce a visitar Sibenik, otro pueblo costero de esta región Dalmaciana.